Tu sencilla y dulce mirada

Dura. Dura ha sido la vida contigo compañera. Y siempre estabas ahí poniéndole la mejor de tus sonrisas para que te dejase quedarte otro rato más iluminando nuestras vidas. Desde la sombra, desde los pequeños gestos que nos regalabas y que hoy cobran más sentido que nunca.

No, nos negamos a decirte adiós. Nos negamos a olvidarte, porque lo que se lleva en el corazón deja una huella imborrable para la eternidad. Una marca que se forma por miles de recuerdos que comenzaron a crearse hace ya más de 10 años, cuando decidiste entrar en nuestras vidas y dejar que nosotros formásemos parte de la tuya.

Te hemos visto crecer, tanto musical como personalmente, y te hemos visto interpretar la marcha más dura y complicada que puede haber: la vida. Llena de silencios, de matices, de notas complicadas. A veces piano y a veces fuerte, pero nunca dándote por vencida para seguir adelante.

Hoy te has tenido que marchar, sin darte cuenta de lo fundamental que eras para esta familia musical. De lo importante que era verte cada día cuando alguien entraba en el ensayo o escucharte tocando tu instrumento en cada actuación.

Hoy has dejado nuestros corazones hundidos, nuestro alma rota y nuestro pensamiento completamente desolado.

Se hace difícil imaginar una Semana Santa sin ti, sin tu devoción y pasión por lo tuyo y lo nuestro. Sin tu dulce mirada que a veces se enjugaba de lágrimas al ver salir tu Cristo de la Oración en el Huerto cuando traspasaba la puerta al cielo que es la Iglesia de Santiago.

Ahora que seguro estás junto a él: muéstrale, enséñale lo que has hecho. El camino que has transitado. Muéstrale tu devoción por él, por la Semana Santa, por las cofradías y por la música. Enséñale cómo tantas y tantas semanas de pasión ibas tras él, acompañándole en su duro camino, en su dura pasión.

Seguro que allí donde estés ahora te encontrarás también con su madre, la Virgen de la Piedad, otro de tus grandes amores. A ella también invítala. Que vea lo que hiciste, que vea como fuiste y que vea lo que sientes por ella. Seguro que ambos estarán encantados de recibirte y de estar contigo.

Y ahora, ¿cómo decirte adiós?, ¿cómo pensar que no vas a estar ahí la primera en los ensayos?, ¿cómo despedirnos de la mirada más dulce y sincera que había en esta banda?.

Lo haremos como tú siempre lo has hecho. Con humildad, con amor por lo que hacías y con el mayor toque de personalidad posible.

Recuerda que donde quiera que vayas, contigo irán los sones de esta agrupación, poniendo la banda sonora a tu camino celestial que hoy has comenzado.

Hasta siempre Sheila.

BCT Clemencia


Más noticias

Pinta nuestra Semana Santa

Concierto en el VII Congreso Nacional de Hermandades y Cofradías en Zamora

La Clemencia vuelve por Semana Santa